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La productividad en la Administración de fincas. Un verdadero problema en el día a día.

Si hay algo que tienen en común todas las reglas para aumentar nuestra productividad es conseguir enfocarse en aquellas tareas que nos ayuden a conseguir nuestros objetivos más prioritarios.

Atrás quedo esa «virtud» de la que presumíamos hace no mucho tiempo, sobre ser una persona multitarea que podía hacer varias cosas a la vez.

En la Sociedad en la que vivimos con tal exceso de información, es prácticamente imposible poder encontrar el tiempo suficiente, para poder leer y reflexionar sobre todo aquello que nos llega a través de las redes sociales, blogs, suscripciones, e-mails, etc…

Precisamente ese es el problema, que de lo que nos quejamos es que «no tenemos tiempo», cosa que ya deberíamos de dar por hecha. y si no párate a pensar ¿Quien tiene tiempo para todo esto hoy en día?.

Por lo que la solución la debemos encontrar en el proceso, organización y filtración de toda esta información para centrarnos en aquello que de verdad importa o lo que es lo mismo: ENFOCAR NUESTRO TIEMPO EN AQUELLO QUE NOS AYUDE A CONSEGUIR NUESTRO FIN.

Y este esfuerzo en el enfoque lo plasma maravillosamente David Allen en su famoso método GTD. Esta metodología puede ser aplicada no solo a profesiones como la del Administrador de Fincas, ya tratado por Pilar Ferrer de la empresa AFISER, en este artículo hace meses, sino que debería de ser puesto en marcha en las distintas facetas de nuestro día a día.

Cuando toda esta información la hemos procesado (esto obviamente incluye filtrar y rechazar todo aquello que no sea relevante o interesante) nos situamos en un entorno controlado, y ahí es cuando tenemos la capacidad de concentrarnos al 100% en nuestros objetivos.

De esta manera nos enfocaremos en las acciones importantes, y seremos más proactivos que reactivos, cuestión fundamenta en nuestra profesión.

A todos nos suena lo de evitar situaciones en las que acabamos haciendo tareas urgentes y no importantes que es uno de los peores escenarios en los que un Administrador de fincas se puede encontrar.

Por último cabe mencionar que cuando esta capacidad de enfoque afecta a todo el despacho, los resultados se consiguen mucho más fácilmente. Por lo que al final, este enfoque ha de ser una parte fundamental de los valores y principios de la empresa, formando parte de lo que llamamos la cultura empresarial y terminar siendo un hábito de la compañía.